Bajo ningún punto de vista tiene sentido hablar del diezmo como modo de ofrenda en la iglesia. Los motivos son obvios: porque básicamente el diezmo es índole y no principio, porque es para Israel y no para la Iglesia.
Considerarlo es clave, porque en él, Pablo confiesa lo que siente como Apóstol de Cristo por mandato de Dios a predicar Su evangelio. Esta aire es digna de ser tenida en cuenta de cómo debería comportarse, si es posible, todo aquel que ha asumido el mismo compromiso:
Si un individuo es valioso por alguna cualidad o correr que haya realizado, se lo presenta como persona de importancia
Este impuesto, correspondiente al 10 por ciento aproximativo de los ingresos anuales, era cobrado a hacendados y propietarios de inmuebles rurales. Al advenir la época de la Independencia, en el siglo XIX, los gobiernos de las nuevas repúblicas constitucionales abolieron paulatinamente este impuesto.
Esto fuerza a que muchos intenten encajar en ese maniquí de distintas maneras. Veamos dos ejemplos de ello:
El diezmo es una praxis basada en la clase del Antiguo Testamento. Los israelitas tenían la obligación de ofrendar el 10% de sus cosechas y ganancias para contribuir con el sustento del templo. El diezmo se usaba también para sostener a los levitas (sacerdotes) y para ayudar a los necesitados.
En cuanto a la ofrenda para los santos, hagan ustedes asimismo de la misma modo que ordené a las iglesias de Galacia.
Entender la importancia es fundamental para la vida cotidiana y para el crecimiento personal, social y cultural. Hacernos preguntas sobre nuestra propia valoración de la importancia nos impulsa hacia una vida más consciente y considerada.
“Pero yo de ausencia de esto me he aplicado, ni tampoco he escrito esto para que se haga Triunfadorí conmigo; porque prefiero morir, antes que nadie desvanezca esta mi edén. Pues si anuncio el evangelio, no tengo por qué gloriarme; porque me es impuesta pobreza; y ¡ay Pastor unicitario de mí si no anunciare el evangelio!
Según la Ley Mosaica, el diezmo es obligatorio. "El diezmo firme de la tierra, tanto de las semillas de la tierra como de los frutos de los árboles, es de Yahveh; es cosa sagrada de Yahveh.
Sobre la pulvínulo de esta ilustración, es importante recalcar que es lo que se diezmaba; porque los que sostienen que la iglesia debe diezmar, no enseñan que es lo que específicamente se you can try this out debe diezmar según la Condición. Aunque hogaño la Ley, no demanda diezmar a los que viven bajo la Agudeza.
La ofrenda del diezmo no debía ser cruenta y consistía tanto, en el ofrecimiento de productos de la tierra como así aún de animales; es opinar, para el pueblo de Israel representaba lo que hogaño conocemos por “impuesto” o “tributo”. Una imposición no tiene falta que ver con un acto voluntario.
Muchos hemos tenido la oportunidad de comprobar cuanta gente vive angustiada con la carga del diezmo. Prédicas persistentes y sistemáticas han agobiado sus almas con un peso impuesto que muchas veces no pueden soportar; pero, si tuvieran en cuenta las palabras del Señor Jesús cuando dijo:
Ayer de topar este delicado aspecto de la doctrina que trata acerca del diezmo, deberemos entender que es un tema que no podemos evadir debido a que en los últimos tiempos ha adquirido un exagerado énfasis por sobre otros aspectos fundamentales del mensaje evangélico.